“A MICRÓFONO CERRADO”
LOS RESECOS MUROS DE LA PATRIA MÍA
En nuestro terruño, persisten muchos virus y bacterias autóctonos, que en 2023 nos seguirán infectando en mayor o menor medida. No hace falta que vengan nuevas variantes covidianas de China, las que ya tenemos instaladas en el sistema inmunológico de nuestra política, de suyo, son harto perniciosas. En consecuencia, este año electoral por partida triple, de urna en urna, seguirá sumergido entre las procelosas aguas de la más profunda incertidumbre.
La crisis, digan lo que digan, no ha pronunciado su última palabra, ni la energética ni ninguna de ellas, la inflación tampoco, pese a su engañoso descenso; de hecho, ya ha repuntado en enero hasta el 5,8% (y la subyacente hasta el 7,5%). Y nuestra economía sigue pendiente del tenebroso hilo de la guerra en Ucrania, mientras mira con temor el recrudecimiento del coronavirus en China.
A su vez, en la Región, se ha iniciado el año con pésimas nuevas: el hachazo al Trasvase puede destrozar nuestro corazón económico, el que impulsa el desarrollo de un pujante Levante. El insensato recorte que está decidido a llevar a cabo el Ministerio de Teresa Ribera supone la mayor amenaza para la prosperidad de nuestra tierra; el recorte del Trasvase Tajo-Segura sólo ha de provocar miseria; se anuncia una tragedia para el Sureste español sin precedentes.
Paradójicamente en este Sureste, que también existe, socialistas y populares coinciden en la defensa del Trasvase; en comunidades vecinas, inexplicablemente sucede todo lo contrario. Por tanto, ya no es una cuestión de izquierdas o de derechas, sino de justicia. Y en Madrid, como se temía, se ha perpetrado la mayor de las injusticias; el Gobierno ha hecho caso omiso del dictamen del Consejo de Estado, que era favorable a las tesis que defiende nuestra Región.
Hablando de tesis, años atrás, se equivocaba el PP con el ingenuo eslogan de “Agua para todos”, porque el agua no es para todos, sino que es de todos… de todos los españoles; y, por tanto, también de los murcianos, alicantinos y almerienses… Y un bien que es tuyo, nadie te lo tiene conceder, porque ya te pertenece. De momento, hasta 2027, cinco mil millones del PIB del Levante están en el aire, y 25 mil empleos directos, y otros muchos indirectos, se podrían esfumar en sólo un año.
En esta guerra, no habrá vencedores, pero sí muchos derrotados. Y las próximas batallas se librarán en los tribunales. Así, el presidente López Miras anunció, con tono mayestático, un recurso ante el Supremo por el recorte del trasvase. Obviamente también los regantes recurrirán; sin olvidar su perenne lucha en las calles. Pero que nadie espere milagros del Supremo Hacedor. La zíngara maldición ‘de pleitos tengas y los ganes’ sobrevuela nuestros cielos.
Otras guerras, otros guerreros
Mas ya son demasiados años con la guerra del agua y otras sangrientas contiendas a cuestas, como la apocalíptica del Mar Menor o la de la esperpéntica infrafinanciación; hay que rogar al Altísimo para que no nos venza el desaliento. ¿Ganaremos alguna de ellas?
Me conformaría con no seguir viendo languidecer el Mar Menor, y que se empezara a constatar el fruto de las tan cacareadas obras y actuaciones, que tanto el Gobierno como el Ejecutivo Regional se afanan en proclamar a los cuatro vientos. Aunque ya verán ustedes cómo estaremos dentro de 52 semanas. Al tiempo.
Afortunadamente, gracias a que este año tan voluble nos acaba de regalar un gabinete casi nuevo, el Mar Menor al fin tiene Consejería de Medio Ambiente, cuya ausencia era clamorosa. Sí, ya sé que la hubo en otro tiempo, y tampoco sirvió para gran cosa.
De esta suerte, la vida regional proseguirá por cauces sobradamente conocidos; no sería aventurado afirmar que en este 2023, preñado de elecciones, nos seguiremos arrojando con certera puntería, donde más duela, viejas reivindicaciones, nuevas promesas y alguna que otra competencia. Al cabo de este año, gane quien gane tan singulares duelos, volveré a mirar los muros de la patria mía, “si un tiempo fuertes, ya desmoronados, de la carrera de la edad cansados”, y tal vez con acerba desilusión compruebe como usted que, en la muralla regional nuestra, continúan intactas las grietas de antaño.
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