XIV TEMPORADA

En Frecuencia Murcia Económica, el mejor análisis de la actualidad regional. De lunes a jueves: 12 del mediodía, 8 de la tarde y 12 de la noche. Viernes: 12 y 20h 98.4 FM frecuenciamurcia.es

sábado, 27 de octubre de 2018

Día 27-10-2018


                          A MICRÓFONO CERRADO

"JUSTICIA VERSUS POBREZA"

Aunque parezca noticia de cualquier otro tiempo pasado, más de medio millón de murcianos se encuentran en riesgo de pobreza, según un informe de la Red Europea contra la Exclusión Social. En los últimos días, una vez más, esta desconcertante cifra ha vuelto a suscitar la polémica, y a poner de manifiesto la preeminencia de una ignominiosa negligencia -también la mía y me temo que la de tantos- ante el asunto más decisivo de nuestra existencia como seres humanos que se precian de serlo. Donde hay justicia no hay pobreza decía Confucio; no parece que hayamos aprendido tan elemental lección de humanismo a lo largo de los siglos.



Hablemos, por tanto, de humanidad: la existencia a nuestro alrededor de una lacra que debería estar extinguida hace décadas constituye un agravio para nuestra sacrosanta condición humana. Tanto es así que hablar de pobreza en esta tierra, cuando ya se avistan los felices años veinte del vigésimo primer siglo, debería implicar un contrasentido o un error. Pero el horror/error de la pobreza sigue su curso entre nosotros inexorablemente. Ante la estupefacción generalizada, muchos miran hacia otro lado. Cada año, cuando se publican datos de este tenor, reaparecen los gestos de desaprobación e incredulidad; cuesta creerlo, duele más todavía.


Pues lo crean o no, la maléfica cifra sigue creciendo; de facto, ha aumentado su volumen en más de 100.000 personas en la última década. Aunque algún optimista me puede argüir que, de 2016 a 2017, el porcentaje en riesgo de pobreza se ha reducido un 0,1%. De esta guisa, en la actualidad, la tasa ronda el 35% de la población, e incluso la Fundación Adecco la sitúa en el 66% de las familias monoparentales. Estos datos, a todas luces, resultan ominosos y vergonzantes. Que Murcia sea la cuarta comunidad con mayor población en riesgo de exclusión social, provoca tanta indignación que cabe preguntarse qué ha podido suceder en una sociedad como la nuestra para que se perpetúe la pobreza; ¿qué otra prioridad ha podido haber?, ¿qué otros problemas de mayor calado han figurado en la agenda regional durante cuarenta años de joven/vieja democracia?  


El informe de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN) refleja un panorama tan inaudito como desolador. Que la tasa de riesgo en la Región supere en más de ocho puntos a la de la media española (26,6%), debería estremecer las conciencias todas. En términos absolutos, 510.869 murcianos, 100.000 más que en 2008, se balancean en este abismo donde, si no se reacciona con urgencia, muchos han de caer para no levantarse ya, ni ellos ni sus hijos, porque la pobreza se hereda y se cronifica. Bien lo saben expertos en humanidad tan cualificados como la EAPN, Cáritas y Cruz Roja.


Y un año más, cuando se ha sentido que se aproximaba el aclamado Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, han vuelto a llover proclamas y apasionados brindis a la soleada solidaridad universal. En cualquier caso, no está de más que así sea, al menos un día entre 52 semanas perdido. En este sentido, no deja de ser muy significativo que los rectores de la Universidad de Murcia, José Luján, y de la Universidad Politécnica de Cartagena, Alejandro Díaz, reivindicaran al unísono un plan para luchar “de forma integral” contra la pobreza, y se posicionaran rotundamente a favor de un modelo económico “más equitativo”. A ambos les confío EAPN Región de Murcia la lectura del manifiesto conmemorativo del Día Internacional que jamás debió existir; su sola existencia prueba fehacientemente el fracaso de nuestro mal llamado desarrollo económico.



En la Región, este desarrollo se traduce en el porvenir incierto de medio millón de murcianos. Un progreso que pone en tela de juicio el futuro de tantos ciudadanos, no debería suscitar ni el más mínimo envanecimiento. Constatar que más de una tercera parte de la población murciana se halla en una situación de vulnerabilidad, corrobora que el rumbo de nuestra recuperación económica no ha sido el adecuado. Porque si lo ha sido, cómo se explica que casi cien mil personas en la Región malvivan con menos de 355 euros al mes, y que nuestros trabajadores ganen 250 euros mensuales menos que la media nacional (1.702,45 euros al cierre del primer semestre; para más inri, un 0,8% menos que en junio de 2017). Con un tercio de nuestros conciudadanos en riesgo de exclusión y con salarios de los más bajos de España (somos la tercera Comunidad, sólo por detrás de Galicia y Extremadura), ¿qué clase de recuperación hemos generado?


En este final de legislatura, España está atravesando por un periodo de incertidumbre que en nada va a beneficiar a las capas más desfavorecidas. Por desgracia, en Murcia se sufren las consecuencias de esa inestabilidad aun con mayor virulencia. Pero se debe reconocer que el Gobierno regional ha dado muestras inequívocas de afrontar la gravedad de la situación, y ha asignado un 8% del presupuesto a la lucha contra la pobreza, por encima de sus propios objetivos para este cuatrienio (que eran del 5%). En total, en 2018 se han destinado 365 millones de euros a tal fin. Y para tan loabilísimo fin, no es un mal principio elevar el presupuesto, aunque todavía resulte insuficiente. Tan insuficiente como la Renta Básica de Inserción, pese a haberse aumentado su cuantía en el último año de 300 a 430,27 euros. Es de esperar que se persevere en esa dirección.


Hay que recordar, a este respecto, que existe un Pacto de Lucha Contra La Pobreza y La Exclusión Social suscrito en 2015 por todos los partidos con representación en nuestro parlamento regional. En su alocución, los rectores reclamaron precisamente el cumplimiento de las medidas de este Pacto tan pomposo, firmado tres años atrás. Ambos abogaban asimismo por “cambiar los patrones insostenibles de consumo y producción, y tender a un modelo más inclusivo, equitativo y sostenible en Murcia, España, la Unión Europea y toda la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en España y el planeta”. Al igual que ellos, fueron muchos los que el pasado 17 de octubre alzaron su voz contra la anacrónica plaga del siglo XXI.


Mas, después de la conmemoración del ‘Día que nunca debió existir’, ahora hay que pasar de la delicuescencia de las palabras a la contundencia de los hechos; para que, entre otros, los objetivos de la Agenda 2030 de Naciones Unidas no queden en papel mojado. Lo que lamentablemente no sorprendería a nadie. Como a ninguno le ha de llamar la atención ni lo más mínimo que tampoco se cumpla la Estrategia 2020 de la UE; sus metas en la reducción del número de personas en riesgo de exclusión se columbran muy lejanas, también en nuestro país.

Resulta evidente que deben de haber otras urgencias para que tamañas agendas y estrategias puedan sucumbir en la ignominia de la ineficacia o en la desidia del olvido. Mera cuestión de prioridades. Parafraseando al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, hay que recordar lo obvio: la erradicación del virus de la pobreza no es una cuestión de caridad sino de justicia.



viernes, 22 de junio de 2018

Día 22-06-2018


A MICRÓFONO CERRADO
‘OJOS COMO CHARCOS’

Un curso político llega a su fin; un año más, crecemos como nunca y seguimos como siempre. El buen observador, que mire e indague a nuestro alrededor en busca de comprender lo que desde tiempo inmemorial acontece reiterativamente en estas tierras, necesita -además de paciencia franciscana- de unos ojos capaces de reflejarlo todo y hasta de llorarlo. Larra sostenía que el periodismo en España era llorar; quizá no sea una exageración decirlo todavía. Al menos en estos páramos sedientos.


Para hacer balance de este curso, que hemos vivido con pasión, se precisa el instrumental adecuado; un eximio poeta esgrimía 'espadas como labios' (no estarían de más como arma informativa), pero nos vendrían mejor unos ojos como espejos, o como charcos… Aun asumiendo el riesgo de que se nos pueda romper la mirada en mil añicos ante tan redundantes desilusiones, o que nos podamos ahogar en nuestro propio llanto, tales ojos (ávidos por saber) nos deberían ayudar a desentrañar el laberinto regional.


Con semejante avidez, ha no mucho tiempo, contemplamos gozosamente el Debate sobre el Estado de la Región; y tras la gran cumbre anual, en la que con delicuescentes palabras y sentidos discursos se escruta la entidad regional a través del color del prisma de cada formación, volvemos a la cruda realidad de todos los días, en la que persistentemente brillan las mismas eternas cuestiones. Tras el debate de los debates, se suceden otras 365 fechas en las que nos seguiremos planteando los mismos asuntos de casi siempre. Y algunos de ellos parecían que al fin, después de décadas, iban a llegar a buen puerto. Desde este micrófono de papel, hacemos votos para que no se extravíen por inescrutables rutas. 


Como proclamaba el presidente de Croem, en el acto del 40 aniversario de la patronal regional, resulta evidente, de una evidencia contumaz, que “esta Región ha sido castigada durante años con incumplimientos reiterados”, y ahora que se columbra una luz al final del tortuoso laberinto de nuestra fortuna, con el cambio de Gobierno pueden surgir dudas. No debería ser así, máxime contando con un secretario de Estado de Infraestructuras murciano, el socialista Pedro Saura, que defiende que “el objetivo es que nada se pare y poner a la Región en el siglo XXI”.


En cualquier caso, al igual que Albarracín, tampoco quiero pensar que nadie sea capaz en este momento, después de tantos años de espera, de retrasar el vuelo del AVE; sería esperpéntico obstaculizar la arribada de tan necesario transporte de viajeros y de riqueza. Al mismo tiempo, habría que insistir en la modernización de la obsoletísima red de Cercanías, en la que sufren más que viajan tres millones y medio de personas al año. Cuando quiera es tarde; sería absurdo perpetuarse en el siglo XIX.

Como sería absurdo retrasar la apertura del aeropuerto de Corvera, prevista para inicios de 2019, la licitación de los Arcos Norte y Noroeste de Murcia y del tercer carril de la autovía A-7,  la variante de Camarillas y el Corredor Mediterráneo, infraestructuras para las que hay que exigir que se respeten las inversiones y plazos previstos. Desde este humilde micrófono, pido al altísimo que se cumplan los compromisos adquiridos y que se ejecuten los Presupuestos Generales del Estado. Lo contrario sería un dislate.


Así también sería un dislate -y de proporciones desmesuradas- perder la gran oportunidad que nos brinda el macropuerto del Gorguel. Habría que impulsar de una vez por todas el proyecto del Gorguel, del que tanto se dice y tan poco se hace. Ahora que todavía estamos en los orígenes, sería preciso aquilatar al máximo su impacto medioambiental; asegurando de esta suerte los enormes pros económicos que comporta, y subsanando los hipotéticos contras de orden ecológico que pudieran observarse. Por cierto, ¿cuántos años llevamos hablando del Gorguel y de sus trompeteros camachuelos?

Casi tantos como los que hemos consumido elucubrando sobre la infrafinanciación que soporta esta Comunidad, que nos ha abocado a acumular casi 9 mil millones de deuda. Quería creer que se afrontaría con urgencia la modificación del sistema de financiación autonómica; y que, del acuerdo de todos, surgiría un modelo justo que no nos llevara a perder más 260 millones de euros al año, con respecto a la media de este país que tanto amo. Sin embargo, Pedro Sánchez ha tardado muy poco en quitarme tan vana ilusión; asegura que no hay tiempo material en lo que queda de legislatura.




Sin embargo, ningún Sánchez puede desesperarme; en mi absoluta ingenuidad, sigo esperando que, en el próximo curso político, se alivien nuestras históricas penas de una tierra que tiene sed. Y con la candidez que me caracteriza, me empecino en creer que los partidos de todos los colores y sabores acordarán y suscribirán el Pacto Nacional del Agua lo antes posible, tras la buena nueva de la firma del Pacto Regional. En consecuencia, en el curso del 2018/19, deberíamos intentar aprobar definitivamente la fatídica asignatura pendiente del maná líquido.


Empero si todo lo anterior es de vital trascendencia, lo es más todavía la recuperación de la joya de la Región: nuestro pequeño gran mar, que padece estoicamente su enfermedad, sigue preguntándose por qué. Y la respuesta a ese su grito silencioso nos debe conducir a trabajar sin descanso para revertir completamente la triste situación del Mar Menor, sin criminalizar a nadie -más que los culpables nos interesan las soluciones-, aunque sin desviar la atención ni un milímetro de ninguno de los sectores implicados. Como dijo en Frecuencia Murcia Económica Alberto Garre, éste es “nuestro Prestige”; y añado yo que también puede ser nuestro 'desprestige', nuestro desprestigio más colosal, si no se afronta con la determinación que exige la magnitud de una catástrofe en ciernes.


Finalmente, en este balance apresurado, tampoco quiero olvidarme del otro desastre medioambiental que, para nuestro sonrojo, aún sufrimos: Portmán, nuestro Portmán, debería convertirse ya en historia de un ayer abominable, que nos tiene que recordar perennemente lo que nunca debió haber sucedido. Regenerar aquella bahía significa regenerar un pasado del que nadie puede sentirse ajeno.

En suma, después de tantas frustraciones históricas, debería preguntarme si nuestro destino es sólo cuestión de fatalidad. Si así fuera, parafraseando a Benedetti, 'cómo querría otra suerte para esta tierra reseca, que lleva todas las artes y los oficios en cada uno de sus terrones'… Cómo querría que un sonoro caudal viniera a redimirla. O, a falta de otro consuelo, que la lluvia al fin sea generosa y nos deje 'ojos como charcos'.



Publicado en Murciaeconomia.com

























jueves, 14 de junio de 2018


EN MEMORIA DE PACO PELLICER



Hoy deberíamos haber cerrado la séptima temporada de Frecuencia Murcia Económica con la sensación del deber cumplido; una jornada más, hubiéramos analizado la actualidad con la independencia que nos define y habríamos intentado ver más allá de lo que es noticia. Por última vez, hubiéramos abierto estos micrófonos -espejos/altavoces de lo que acontece a nuestro alrededor- rodeados de un equipo de comentaristas a los que nada de lo humano les es ajeno. Así debería haber sucedido, pero así no ha podido ser.

El repentino fallecimiento de Francisco Pellicer, a los 73 años de edad, ha convulsionado a toda la familia de Frecuencia Murcia Económica, que se ha visto ensombrecida por el adiós de una de sus más significadas voces. Aunque bien sabemos que cuando Paco dice adiós, sólo dice 'hasta pronto'.




En la nómina de tertulianos de esta casa, se ha producido una vacante que no hemos de cubrir, porque la estela de Francisco Pellicer continuará guiándonos; la sapiencia de este empresario de pro, cuyo tesón e hidalgía lucen a la par, nos acompañará desde lo más profundo de nuestro ser. Con él, comenzó Frecuencia Murcia Económica; y con él ha de proseguir, al amparo de su sempiterna sonrisa, que a todos cautiva.

Sin duda, Paco Pellicer iluminaba, como ninguno, la tertulia con sus críticas atinadas y amables. Porque lo cortés nunca le quitó valentía ni puntería en el comentario; nadie más constructivo e instructivo que este enorme empresario de pequeña estatura e inmenso corazón. No nos puede abandonar, y no nos ha abandonado.



Durante más de siete años, hemos compartido mesa y micrófono con la intención de ofrecerles nuestra visión de la realidad, nuestra verdad tan subjetiva como objetiva quiere ser. En esa ardua tarea de intentar 'arreglar el mundo en 90 minutos', haciendo de la objetividad una meta irrenunciable, destacaba Paco sobremanera.





Culminar esta séptima temporada sin él, nos va a resultar misión poco menos que imposible. Se nos ha marchado una pieza fundamental, aunque no se ha ido muy lejos: de su cielo murciano nadie le ha de apartar. Su ímpetu, jovialidad y bonhomía se quedan, no obstante, entre nosotros.

En su memoria, recuperamos el último programa en el que intervino. No podía ser otro sino el que dedicamos íntegramente a su querida FREMM, la Federación del Metal murciana por la que luchó denodadamente. Paco Pellicer fue un presidente del Metal inolvidable, un extraordinario empresario y un excelente amigo. Lo fue, lo es y lo seguirá siendo.







Paco Pellicer


Hipólito MartínezArturo Andreu Paco Pellicer

(De izquierda a derecha)
Ismael Novo, María Teresa Galindo,
 Alfonso Hernández Zapata e Hipólito Martínez


Alfonso Hernández Zapata,
presidente de la Federación del Metal

(De izquierda a la derecha)
Arturo Andreu, Paco Pellicer, Carlos Abad
Ismael NovoMª Teresa GalindoAlfonso H. Zapata





Paco Pellicer con Arturo Andreu




(De izquierda a la derecha)
Paco Pellicer, Ismael NovoCarlos Abad,
María Teresa GalindoAlfonso Hernández Zapata,
Hipólito MartínezArturo Andreu




Hipólito Martínez,
Alfonso Hernández Zapata,
Hipólito Romero,
autor escultura "amanece" de la FREMM

Resultado de imagen de ESCULTURA AMANECE DE LA FREMM



CENA DE NAVIDAD (V TEMPORADA)

Hipólito Martínez, Paco Pellicer y Paco Jiménez



 Amparo Albentosa, José Antonio Cobacho,
 David Muñoz y Paco Pellicer 

Paco Pellicer, Rubén Martínez Alpáñez y
 Javier Sierra 



jueves, 7 de junio de 2018

Día 7-06-2018 CAPITAL HUMANO




ALBERTO GARRE, PRESIDENTE DE SOMOS REGIÓN

Les saludamos amigos desde los estudios de radio de la Facultad de Comunicación de la UMU. Hoy nos acompaña Alberto Garre, presidente de SOMOS REGIÓN, quizá el político de moda, el hombre del que todo el mundo habla, y con el que todos quieren hablar... Y que ha puesto nervioso a más de uno de sus antiguos compañeros del PP. Está en boca de todos -y lo sabe- pero, en el cuerpo a cuerpo, se maneja como nadie y además se expresa con la contundencia que le aporta su dilatada trayectoria política. La suya es la voz de la experiencia, una voz singular que siempre ha defendido las históricas reivindicaciones de la Región.


Más de 30 años de carrera le contemplan: Alberto Garre ha sido concejal en Torre Pacheco, su pueblo natal. Luego fue diputado regional, portavoz del Grupo Parlamentario Popular, diputado en el Congreso, vicepresidente de la Asamblea, hasta que el 10 de abril de 2014 juró como presidente de la Comunidad. En marzo de 2017, finalmente se desligaba por completo del PP. Y sólo hace unas semanas presentaba en sociedad su nuevo proyecto de cara al futuro: SOMOS REGIÓN, que ha levantado una enorme expectación. 


En 'CAPITAL HUMANO' encontramos a un Alberto Garre en estado puro, que entra a fondo en los asuntos de más candente actualidad con la claridad que le caracteriza. Asegura en esta entrevista que de él "no se pueden esperar milagros pero tampoco milongas". Les recomiendo que no se pierdan la tertulia con el expresidente del Gobierno regional, en la que nos deja perlas de indudable valor.  


En este programa, intervienen: 

Carlos Abad, politólogo
Arturo Andreu, periodista y exdirector de Comunicación de El Corte Inglés
Juan José Beltrán, economista y exdirector del INFO
Ismael Novo, director del Instituto de Transparencia 'Murciatip'


Alberto Garre


Carlos Abad, politólogo
Alberto Garre, 
presidente de SOMOS REGIÓN
Hipólito Martínez, 
director y presentador del programa





Juan José Beltrán, economista y 
exdirector del INFO

Ismael Novo, director del Instituto de Transparencia 'Murciatip'

Carlos Abad, politólogo

Arturo Andreu, periodista y 
exdirector de Comunicación de El Corte Inglés









Luís Saracho, técnico de sonido